Situado en la orilla derecha del Baias y alejado de los dos ejes de carreteras del valle, pasa bastante inadvertido para quien no lo atraviesa camino del Pico Marinda. Y desde luego ambos merecen una visita, el pueblo y el Pico.
La iglesia de San Martín destaca por su volumen y rasgos de fortaleza,
muy diferente al aire de la mayoría de iglesias cuartanguesas.
Todas esas reformas trajeron consecuencias: la portada original, en el hastial (muro) de poniente fue cerrada. "Es una portada sin ornato, de arco apuntado formado por cuatro arquivoltas de arista viva en degradación" (ERPV).
Sobre esta portada se abre un ventanal de características similares.
Entrando al pórtico, la puerta este nos convence del buen puesto de
observación que constituye el lugar.
"En el interior, el templo conserva los elementos más significativos de la construcción
medieval. Su planta, rectangular y de cabecera recta, consta de presbiterio y dos tramos de nave (...) Los tres espacios de la nave se cubren por bóveda de medio cañón apuntado. El arco triunfal, doblado y apuntado, apea en pilares con medias columnas adosadas a sus frentes" (ERPV).
"El último tramo, de potente fábrica, corresponde al coro y a la base de la actual torre, antiguo campanario medieval, y se estrecha hacia los pies en el interior de la iglesia" (ERPV)
A la salida no podemos menos de saludar de nuevo al Pico Marinda, tan identificado por todos como símbolo del Valle.
Y mucho menos debemos olvidar a la Andra Mari de Sendadiano, "mediados del S. XIII, madera tallada, policromada y dorada", como reza la tarjeta explicativa en el Museo Diocesano de Arte Sacro, donde su encuentra actualmente. Nuestro homenaje y admiración, junto con el agradecimiento a quienes hicieron posible su digna conservación.
Más información:
www.elromanicoenalava.es
AA.VV., Catálogo Monumental. Diócesis de Vitoria (CMDV), t.VII,(1995), pp. 778-791.
AA.VV., Enciclopedia del Románico del País Vasco (ERPV). Web "Románico Digital"
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